lunes, 8 de octubre de 2012

e- portafolios y aprendizaje colaborativo

La carpeta de aprendizaje es una estrategia formativa que podemos utilizar en el módulo de “La práctica docente e investigación” para articular el aprendizaje de nuestros alumnos. A la vez que nos sirve como herramienta de trabajo para la reflexión, se puede convertir en una estrategia de evaluación. Es el eje que permite articular las actividades que los estudiantes tienen que ir realizando durante el módulo en sus diferentes etapas. Incluso puede ser de gran interés integrar las diferentes fases las que se realizan en el Instituto y las que son in situ. Esto les permitiría a los estudiantes en prácticas ser conscientes de su desarrollo durante el período de formación. También les permite vivenciar una estrategia que pueden utilizar en la formación continua y con sus propios alumnos. Además de ser una estrategia didáctica, la carpeta de aprendizaje será el medio a través del cuál los alumnos demostrarán lo que han aprendido durante el desarrollo de los módulos. Como esta área tiene carácter transversal se debería reflejar la evolución de los aprendizajes durante los diferentes períodos y fases de la práctica docente. Es decir que la carpeta de aprendiza se convierte en una estrategia de autoevaluación y evaluación. De autoevaluación porque el propio alumnado puede realizar un juicio crítico de su trabajo y analizar la evolución en su desarrollo personal y formativo. De evaluación porque permite a los profesores realizar un seguimiento de las capacidades adquiridas por los alumnos. Para que esto pueda darse, es necesario que el profesorado y los alumnos conviertan las carpetas docentes en un “acto teórico”, es decir, realicen un análisis y un metanálisis a través del cual vayan construyendo una imagen docente, conozcan sus preconcepciones e ideas previas, reflexionen sobre sus actitudes, detecten sus potencialidades, identifiquen sus necesidades de formación y los aspectos que necesitan profundizar. En muchos casos, el resultado de este análisis supondrá desaprender, cuestionar lo que hacemos habitualmente y preguntarnos el por qué lo hacemos. Lo que se incluya y documente en la carpeta de aprendizaje tiene que servir de base para la reflexión y el aprendizaje de habilidades necesarias para que ésta se produzca. Esta reflexión, no sólo se restringe al ámbito pedagógico sino que aparece la necesidad de contextualizar la práctica en el marco institucional en el que desempeña la docencia, lo que conlleva ampliar el análisis teniendo en cuenta los determinantes sociales, políticos e ideológicos que determinan la práctica educativa. Sin duda, que toda estas actividades de reflexión y sistematización suponen tiempo. Un tiempo de lectura, de recogida de información, de indagación, de análisis, de debate, de reflexión. Un tiempo para sistematizar por escrito nuestras reflexiones, es decir, para producir una documentación escrita. Esto debemos tenerlo en cuenta para dar a los alumnos la oportunidad de tener ese tiempo dedicado a la carpeta de aprendizaje. Lo que debemos tener en cuenta es que no se trata de una exhibición o recopilación de trabajos, es importante seguir una serie de fases interrelacionadas recordando siempre que tienen un carácter cíclico que permiten ir profundizando, completando y reconstruyendo nuestro aprendizaje a lo largo de todos los módulos.

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